"Arboles Londres" - Libreta de artista |
Cuento corto:
Vivía
en las cercanías de Richmond, Londres.
Cerca de casa
tenía un gran parque con mucha fauna y vegetación, cualquiera diría que era un
bosque excepto por los senderos y algunos bancos donde sentarse. Un árbol
solitario robaba mi atención, un banco situado justo en frente invitaba a
sentarse. Me acostumbré a ese banco y a ese árbol,
hablaba con él...
- ¿Por qué estás
solo?.
- No lo sé, los demás se largaron. Yo sigo aquí.
- ¿No conoces muchos sitios, verdad?.
- No, no conozco muchos sitios, dejé de buscar en cuanto lo encontré. Este es mi sitio.
- ¿No te apetece cambiar, experimentar, viajar?.
- No, ya soy viejo para eso. Estoy muriendo, ¿sabes...? este es un buen sitio, es mi sitio. Nadie me lo quitará porque yo estoy en él y no pienso moverme.
- ¡Cómo te envidio! yo no consigo encontrarlo.
- Encontrar... ¿qué?.
- Mi sitio.
- Sigue buscando, quizás ya lo conoces o quizás no, pero solo lo sabrás si sigues tu camino. Quizás exista tu sitio, quizás tu sitio sea "tu camino".
...
- No lo sé, los demás se largaron. Yo sigo aquí.
- ¿No conoces muchos sitios, verdad?.
- No, no conozco muchos sitios, dejé de buscar en cuanto lo encontré. Este es mi sitio.
- ¿No te apetece cambiar, experimentar, viajar?.
- No, ya soy viejo para eso. Estoy muriendo, ¿sabes...? este es un buen sitio, es mi sitio. Nadie me lo quitará porque yo estoy en él y no pienso moverme.
- ¡Cómo te envidio! yo no consigo encontrarlo.
- Encontrar... ¿qué?.
- Mi sitio.
- Sigue buscando, quizás ya lo conoces o quizás no, pero solo lo sabrás si sigues tu camino. Quizás exista tu sitio, quizás tu sitio sea "tu camino".
...
- ¿Cómo te
sientes?
- Muy bien -dice extrañado.
- ¡Pero estás muriendo!
- Nada mas placentero que la muerte. Nunca sentí tanto la vida como ahora que noto que se marcha.
- ¿Deseas morir?.
- ¡No, deseo vivir!. Pero la muerte forma parte de la vida. Aprender a morir es necesario para poder seguir disfrutando de la vida. Pero creo que tú no debes pensar en eso, todavía. Todo llegará. Si has seguido "tu camino" conseguirás disfrutar, vivir tu muerte. Hay que estar preparado para morir, pero no te obsesiones con eso, mejor es que te prepares para vivir y ya entenderás que es lo mismo.
...
- Eres muy sabio, ¿cómo?
- No lo sé. No sé si soy sabio. Solo sé que me siento agradecido de haber encontrado mi lugar.
- Está anocheciendo. Se acaba el día....
- Y empieza la noche... llega la Luna.
- Volveré mañana.
- Aquí estaré, supongo.
- Muy bien -dice extrañado.
- ¡Pero estás muriendo!
- Nada mas placentero que la muerte. Nunca sentí tanto la vida como ahora que noto que se marcha.
- ¿Deseas morir?.
- ¡No, deseo vivir!. Pero la muerte forma parte de la vida. Aprender a morir es necesario para poder seguir disfrutando de la vida. Pero creo que tú no debes pensar en eso, todavía. Todo llegará. Si has seguido "tu camino" conseguirás disfrutar, vivir tu muerte. Hay que estar preparado para morir, pero no te obsesiones con eso, mejor es que te prepares para vivir y ya entenderás que es lo mismo.
...
- Eres muy sabio, ¿cómo?
- No lo sé. No sé si soy sabio. Solo sé que me siento agradecido de haber encontrado mi lugar.
- Está anocheciendo. Se acaba el día....
- Y empieza la noche... llega la Luna.
- Volveré mañana.
- Aquí estaré, supongo.
Al día siguiente:
- Realmente este
lugar es maravilloso, tan tranquilo.
- No siempre fue así. Cuando llegué había muchos aquí.
- Entonces ¿cómo supiste que este era tu sitio?
- No lo sabía. Simplemente me dejé llevar por la vida, el viento, el frío, el calor... hasta llegar aquí. No estaba muy seguro de mis pensamientos pero sí de mis sentimientos.
- Debo dejar de pensar y tan solo sentir, así encontraré mi sitio…
- Eso es imposible.
- ¿Por qué?
- Tú piensas, no puedes evitarlo. Debes saber escoger cuando tus sentimientos y tu razón están enfrentados.
- Eso es muy difícil.
- ¡Difícil! como todo. Si aprendes a escucharte a ti mismo, sabrás escoger correctamente.
- ¿Cómo! ¿Cómo aprender a escucharme?
-De momento ya has aprendido a escucharme, muchos pasaron por delante de mí y pocos son los que me vieron. Tú también pasaste muchas veces y tampoco me viste.
- No siempre fue así. Cuando llegué había muchos aquí.
- Entonces ¿cómo supiste que este era tu sitio?
- No lo sabía. Simplemente me dejé llevar por la vida, el viento, el frío, el calor... hasta llegar aquí. No estaba muy seguro de mis pensamientos pero sí de mis sentimientos.
- Debo dejar de pensar y tan solo sentir, así encontraré mi sitio…
- Eso es imposible.
- ¿Por qué?
- Tú piensas, no puedes evitarlo. Debes saber escoger cuando tus sentimientos y tu razón están enfrentados.
- Eso es muy difícil.
- ¡Difícil! como todo. Si aprendes a escucharte a ti mismo, sabrás escoger correctamente.
- ¿Cómo! ¿Cómo aprender a escucharme?
-De momento ya has aprendido a escucharme, muchos pasaron por delante de mí y pocos son los que me vieron. Tú también pasaste muchas veces y tampoco me viste.
- ¿Cuándo pasé por
delante de ti y.... dices que no te vi?
- Muchas veces, en distintos lugares. Dudaba si podríamos llegar a hablar, pero en fin, aquí estamos.
- Pero. ¿Cómo pudiste estar en tantos lugares si no te moviste nunca de aquí?
- Muchas veces, en distintos lugares. Dudaba si podríamos llegar a hablar, pero en fin, aquí estamos.
- Pero. ¿Cómo pudiste estar en tantos lugares si no te moviste nunca de aquí?
- No creo que sepa
contestar eso… Tan solo soy un árbol.
Primeras ideas:
"Supper at Emmaus" Copia de Caravaggio - Libreta de artista Dibujo del natural en "National Gallery, London" |
Libreta de artista |
Libreta de artista |
Libreta de artista |
"La genialidad se esconde en la inmensidad de la confusión" |
Bocetos durante el proceso de creación:
Estudio |
Estudio rostro |
Estudio torso |
Estudio |
Estudio |
Personaje |
Personaje |
Estudio perspectiva |
Estudio |
Acuarela |
Proyecto - Posteriormente cuadriculado para pasar a lienzo |
Texto sobre el ¿Hombre árbol? por José Fiol Alemany
El siguiente texto es un texto de autoayuda, para uno mismo, todos los textos tienen que ser para uno mismo igual que todas las obras de arte se tienen que crear para uno mismo, entonces este texto es a mi lo que el “¿Hombre árbol?” a su creador:
El título de la obra es una pregunta: “¿Hombre árbol?”, una pregunta que curiosamente me remite a otras preguntas ¿Qué es la pintura? ¿Qué puede figurar la pintura? ¿De qué se compone la pintura? ¿De qué se compone ésta pintura? A las que sólo puedo contestar con palabras: Movimiento, perspectiva, realidad, ficción, ambientes, entornos, sentimientos, pasado, presente, futuro, cinematográfico, fragmentado, meninas, reflejos, historia, temporal atemporal, contemporáneo…una obra como culminación de otras muchas.
A pesar de ser una obra que he visto muchas veces, con la que he convivido en distintos espacios, nunca he llegado a mirarla como se merece, como pretendía su creador, esa contemplación pausada, ese viaje que podría ir de la textura a la dimensión, del exterior al interior y vuelta al exterior, de personajes y criaturas que lo habitan. Tal vez esa perfecta observación no se ha producido porque el cuadro, a diferencia del árbol protagonista del texto que lo acompaña, no ha encontrado su sitio y es que su sitio no está en estudios, ni en galerías ni en colecciones particulares, su sitio solo puede estar en la sala de un museo, frente a un banco en el que la gente pueda sentarse y mirar y escuchar, para ello se ha creado, gracias a ello se ha creado y gracias a la soledad y a los barrios y a los parques y a los bancos y a uno de Richmond.
Ésta es una de esas obras que sólo las personas que tengan un sentimiento real hacia la pintura podrán llegar a entender, podrán llegar a dialogar, podrán ver como sirve de autoayuda a su creador, porque todas las obras de arte son de autoayuda, como este texto.
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